Episodio V: El regreso del Chino

El arribo de Alberto Fujimori a nuestro país el pasado domingo, cambió el escenario diplomatico en las relaciones entre Chile y Perú.Después de varios dias de violentos discursos, provenientes desde la capital peruana, hoy podemos observar a Alejandro Toledo, agradeciendopúblicamente la rápida acción de la justicia chilena, para apresar al cuestionado ex primer mandatario nortino.Pero la pregunta que asalta a miles de chilenos en este momento es:¿Porqué Chile? ¿Porqué un país vecino? Como primera pista, debemos recordar la apertura de puertas con que re recibióal Carlos Menem, ex Presidente argentino, al que se buscaba enjuiciarpor tráfico de armas, entre otros delitos.No es que Chile sea "la guarida de Alí Babá", pero ciertamente, tenemosuna gran facilidad de recibir a personas con problemas judiciales.Toledo, Kirchner y a todo el que se le plazca, puede pedir extradición como para juzgar a sus ciudadanos. Cuando nosotros pedimos la extradición delasesino del Senador Jaime Guzmán, el pedido fue examinado sin ningunadetención por parte de las autoridades trasandinas. Ni un fernet nos mandaronpara compensar la injusticia.Con este capítulo en las relaciones chileno-peruanas, queda clarala poca responsabilidad que Alberto Fujimori tiene para/con la bilateralidadentre los dos países.En mi opinión, "El Chino" vuelve a Sudamérica, para lograr un re-posicionamientoen el espectro político regional. Aprovechando la estabilidad de nuestra nacióny las "buenas relaciones" que logró cultivar suramte sus diez años de mandato, Fujimori viene a "figurar" nuevamente.No es tan loco pensar en una nueva aventura presidencial del peruano-japonéssi tomamos en cuenta el 15% de apoyo que ostenta en su país.Como ya es costumbre, la expulsión no es una opción para nuestrasautoridades judiciales. la segunda pregunta que aparece es ¿No será perjudicial para nuestras relaciones con el Perú, mantener a Fujimorimucho tiempo en nuestro país? Mi respuesta es sí; lo más probable es que una estadía larga de esteindividuo en suelo nacional, tensionaría aún más las relaciones y acrecentaría el sentimiento anti chileno reinante en la zona limeña.Gracias a Dios, la diplomacia no se rige por exitismos populistas. Esperemos que Toledo mantenga este sentimiento de cooperaciónpara salir del paso de este episodio.Con todo esto, la delimitación marítima desapareció del mapa, lo que eslógico, manteniendo la tónica de mi publicación anterior, ya que Fujimori ha jugado el rol de "cortina de humo", lo que alarga un poco másla agonizante administración de peruana.Presidente Toledo, sonría... El Chino lo salvó